En las instalaciones de la Unidad Educativa Fiscomisional “Nuestra Señora del Rosario”, con la ayuda de la Dra. Karla Fernández, el sábado 11 de diciembre tuvimos una convivencia abordando el tema acerca de “La Sexualidad”. La convivencia tuvo el siguiente Objetivo: Instruir a los jóvenes sobre la sexualidad a la luz de la Palabra de
En las instalaciones de la Unidad Educativa Fiscomisional “Nuestra Señora del Rosario”, con la ayuda de la Dra. Karla Fernández, el sábado 11 de diciembre tuvimos una convivencia abordando el tema acerca de “La Sexualidad”. La convivencia tuvo el siguiente Objetivo: Instruir a los jóvenes sobre la sexualidad a la luz de la Palabra de Dios y así aprendan a vivir su sexualidad de manera sana y ordenada.
La convivencia fue amena y participativa; se trabajó en grupos, con la intención de escuchar el punto de vista de los jóvenes acerca de este tema.
A nivel cristiano, en cuanto a la sexualidad, debemos tener respuestas precisas para orientar a los jóvenes que tienen muchas inquietudes, especialmente en la adolescencia, porque es ahí en donde se producen fuertes cambios y como consecuencia necesitan verdaderas respuestas que les ayuden a orientar su vida futura.
Es necesario que los padres de familia se formen bien, a la luz de la Palabra de Dios y de lo que enseña la Iglesia
Lo bueno e ideal, sería que sus padres fueran los que les ayudaran a encontrar esas respuestas, y así eviten mal informarse con la “orientación” de los amigos de la calle, o del internet en donde sobreabunda la información de todo tipo que, sin un buen filtro, criterio y formación; más que ayudar a formar, podría confundir aún más al joven. Por ello es necesario que los padres de familia se formen bien, a la luz de la Palabra de Dios y de lo que enseña la Iglesia; para que dejando la vergüenza a un lado orienten a sus hijos y les hablen abiertamente sobre este hermoso tema que es la sexualidad.
“Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza. A imagen de Dios lo creó. Varón y mujer los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla…Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno”
De acuerdo a la expositora, la sexualidad no se refiere únicamente a las relaciones sexuales biológicas o coito, sino que es aquella que afecta al ser humano en su totalidad; es decir, de manera física, biológica, psicológica y espiritual a lo largo de toda su vida desde la concepción hasta la muerte.
Desde los inicios de la creación, Dios lo pensó e hizo todo de una manera ordenada, perfecta y complementaria: “Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza. A imagen de Dios lo creó. Varón y mujer los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla…Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno” (Génesis 1, 27-28 . 31). Dios los creó bien definidos, Hombre y mujer, los juntó para que se acompañen, se amen y fruto de ese amor haya procreación.
Nos dijo que en la niñez la sexualidad se presenta como una auto exploración de sí mismos, y recalcó la importancia de llamar a cada una de las partes del cuerpo por su nombre, reconocer cuales son las partes íntimas y como se ha de cuidar de ellas en lo que respecta al pudor.
En cambio, en la adolescencia manifestó que la sexualidad se desarrolla de manera más compleja debido a que se presentan cambios fuertes a nivel físico y emocional, por ello se requiere la atención, comprensión, diálogo y cercanía de los padres. Además, nuestros adolescentes buscan ser aceptados por los demás y por ello incursionan en el placer, alcohol, drogas, etc. y no hacen caso a sus padres considerándoles pasados de moda.
“Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada”
Acertadamente dijo a los jóvenes: “Ante todo vigilen su corazón, porque en él está la fuente de la vida” (Proverbios 4, 23). «No se dejen llevar por las ambiciones, refrenen sus apetitos. Si se conceden lo que quieren sus pasiones, harán que de ustedes se rían sus enemigos. No se den a la buena vida, no pasen a ser esclavos de sus exigencias» (Eclesiástico 18, 30 – 32). Con ello instruyó a los jóvenes a llevar una vida ordenada y ejercitarse en la castidad. Nos recordó lo que dice la Palabra de Dios: “Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada” (1 Co 6, 12), “Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios” (Mateo 5, 8).
En la actualidad, donde el libertinaje sexual, las relaciones prematrimoniales y las infidelidades se han generalizado nos presenta lo que S. Pablo dice: “Huyan de las relaciones sexuales prohibidas” (1 Co 6, 18a).
Terminó su exposición recomendando a los jóvenes que se dejen guiar por la Palabra de Dios y acudan a sus padres ante cualquier duda o inquietud que tengan sobre este delicado tema como es la SEXUALIDAAD HUMANA y lean las enseñanzas de la Iglesia: Humanae Vitae, Familiaris Consortio y Catecismo de la Iglesia Católica.